Ajustes Fotograficos


¿Qué es el balance de blancos?

El balance de blancos (White balance o WB) es la forma que tenemos de equilibrar una imagen en cuanto a la dominante de color. Lo ideal es que esta dominante sea neutra, es decir, blanca, lo que en la vida real equivale aproximadamente a la luz de las horas centrales del día o a la luz del flash, que también se considera neutra.
Cada tipo de luz y cada momento del día, aunque no siempre sea evidente a primera vista, tiene una dominante de color, lo que también conocemos como temperatura de color. La temperatura de color se mide en grados kelvin, y se clasifican en temperaturas más cálidas (atardeceres, por ejemplo), temperaturas más frías (días nublados) o neutras (ya hemos comentado las horas intermedias del día)


¿Cómo se ajusta el balance de blancos?

Y dirás: “Vale. Muy bien, pero ¿cómo se hace?” Pues es muy sencillo, compensando unos y otros. Es decir, si tienes una escena demasiado cálida, habrá que añadirle un poco de frío y, si en cambio, tienes una imagen demasiado fría, deberás añadirle algo de calor. Así de sencillo. Esto es lo que el balance de blancos automático de tu cámara hace en esencia.
El gráfico anterior muestra más o menos todas las opciones que nos ofrecen las cámaras para ajustar el balance de blancos de forma manual. De izquierda a derecha tendríamos las luces de tungsteno (las de interior), el siguiente símbolo corresponde a la luz fluorescente, el siguiente al flash, el sol a la luz de mediodía, la nube a un día nublado y, por último, el emoticono de sombra.

¿Y cómo sé qué luz es fría o cálida si yo las veo todas igual?

Diría que con que te aprendas que las luces de interior son cálidas (en general), que flash y luces de mediodía son neutras, y que las sombras o los días nublados son frías, tienes más que suficiente, aunque si quieres profundizar un poco, aquí tienes el listado de las luces más habituales con sus respectivas temperaturas de color (los valores más bajos se corresponden a las luces más cálidas, y los valores más altos a las más frías):
  • 1700 K: Luz de una cerilla
  • 1850 K: Luz de vela
  • 2700–3300 K: Luz incandescente o de tungsteno (iluminación doméstica convencional)
  • 3000 K: tungsteno (con lámpara halógena)
  • 4000–4500 K: Lámpara de vapor de mercurio
  • 5000 K: Luz Fluorescente (aproximado)
  • 5500–6000 K: Luz de día, flash electrónico (aproximado)
  • 5780 K: Temperatura de color de la luz del sol pura
  • 6200 K: Lámpara de xenón
  • 6500 K: Luz de día, nublado
  • 6500–10500 K: Pantalla de televisión (LCD o CRT)*

¿Modo manual o automático?

Bien, a pesar de que somos muy fans del control absoluto de los parámetros de la cámara, lo cierto es que el modo automático del balance de blancos (AWB) funciona bastante bien en la mayoría de ocasiones. Es altamente recomendable sobre todo cuando las luces son cambiantes.
Si, por el contrario, te vas a mover un buen rato en un entorno homogéneo en cuanto a tipo de luces se refiere (por ejemplo, dentro de casa) y te lo puedes permitir, lo mejor es que lo configures manualmente para asegurarte un buen resultado. Sea o no bueno el modo automático de tu cámara, tú siempre vas a ser mejor ;-).

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